El famoso autor de cómics Francisco Ibáñez falleció el pasado sábado, dejando un legado que perdurará para siempre. Con sus historietas y miles de viñetas, ha sido un refugio para sus seguidores en estos días difíciles. Ibáñez es considerado uno de los viñetistas más populares, y su humor deformaba la realidad para hacerla más digerible.
A lo largo de su carrera, Ibáñez satirizó la actualidad y no evitó hablar de la fauna política, mostrando su animadversión hacia la derecha retrógrada. Enfrentó problemas al señalar las corruptelas de aquellos que creen que el país es su cortijo. Sorprendentemente, su líder, Alberto Núñez Feijóo, ahora muestra condolencias, a pesar de haber ocultado antes sus miserias.
Se dice que una de las bondades del arte es su habilidad para auscultar a la sociedad, y en ese sentido, Ibáñez era capaz de ordenar el caos en sus tebeos. Se adelantó a su tiempo y predijo la inminencia de un fascismo que ahora es una triste realidad.
Sin embargo, su obra más conocida son los personajes de Mortadelo y Filemón. Estos personajes icónicos retratan los dolores de una sociedad hipócrita y cínica. A través de sus aventuras, Ibáñez reflejaba los problemas sociales y políticos de la época, con un humor inteligente y perspicaz.
La partida de Francisco Ibáñez deja un vacío en el mundo del cómic, pero su legado se mantendrá vivo en las páginas de sus obras. Sus seguidores continuarán encontrando consuelo y diversión en sus historietas, mientras recordamos y apreciamos su contribución al arte y la cultura.
¡Descanse en paz, maestro Ibáñez! Tus personajes seguirán viviendo en nuestros corazones y en la historia del cómic español.