El diputado del PSOE, José Luis Ábalos, ha generado controversia dentro de su partido al decidir mantener su escaño en el Congreso para conservar su condición de aforado, a pesar del ultimátum de su formación política para que abandonara el Grupo Parlamentario Socialista y se uniera al Grupo Mixto.
La decisión de Ábalos se produce después de la detención de un asesor suyo por presuntas comisiones ilegales en la compra de mascarillas, lo que ha generado preocupación en el PSOE. Aunque el diputado no está implicado en investigaciones judiciales, teme enfrentar un escenario judicial y prefiere protegerse manteniendo su acta parlamentaria, ya que cualquier proceso judicial en su contra deberá ser asumido por el Tribunal Supremo al ser aforado.
Esta situación ha sido calificada como un día triste en el PSOE, al ver a una figura de alto nivel desobedecer a la dirección del partido. Se destaca que no se recuerdan precedentes de una indisciplina tan grande hacia la dirección por parte de alguien con un cargo tan relevante en la formación.
Se ha comparado el caso de Ábalos con el de José Antonio Viera, quien pasó al Grupo Mixto tras ser imputado en el caso de los ERE de Andalucía, pero a diferencia del actual diputado, Viera abandonó el partido previamente y ocupaba un cargo de menor rango. Esta situación ha abierto un debate interno en el PSOE sobre la disciplina partidaria y la lealtad a la dirección frente a situaciones judiciales complicadas.
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