La falla municipal «Coloms» fue quemada con dignidad, sin dejar una sensación memorable. En la noche de la cremà, primero ardió el colom alto y luego las torres, con llamas altas y nítidas que iluminaron el cielo. Sorprendentemente, las alas del colom resistieron bastantes minutos, incluso una vez peladas de lo modelado.
La cremà infantil también dejó huella, con el monumento «Llegir en Verd» ardiendo con llama limpia y brillante. Los niños y niñas disfrutaron del espectáculo, admirando la obra que con tanto esfuerzo habían creado a lo largo de semanas.
Tras la cremà, las calles de la ciudad se llenaron de fotos, abrazos y sonrisas. Los vecinos se despidieron de las Fallas 2024 con alegría y nostalgia, conscientes de que habían vivido una experiencia única.
Ahora solo queda esperar y ver qué tipo de monumento se plantará en el futuro y con qué criterios se juzgará. Los artistas falleros ya estarán pensando en nuevas ideas y proyectos para sorprender al público el próximo año.
En definitiva, las Fallas de este año han llegado a su fin de manera limpia y festiva, dejando así paso a la planificación y preparativos para las Fallas del próximo año. ¡Que viva la fiesta y que viva Valencia!