Luis Rubiales recibe críticas por su respuesta a las acusaciones de comportamiento machista
En un reciente discurso, Luis Rubiales, presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), ha intentado negar los hechos y tergiversar lo sucedido ante las acusaciones de comportamiento machista que ha recibido.
Rubiales atribuye parte de la iniciativa a la jugadora Jenni Hermoso, tratando de exculparse y justificando sus acciones mediante excusas como el cariño y la euforia que se vive en el fútbol.
El presidente de la RFEF niega la existencia de jerarquías y afirma que no existe una posición de dominio, aunque su actuar demuestra lo contrario. Además, utiliza a sus hijas como forma de exculparse, mencionando que les enseña el respeto y la igualdad.
A pesar de hablar de igualdad y de lo importante que es para él, Rubiales no se responsabiliza de sus acciones y desprecia el feminismo, llegando a acusar de «falsas feministas» a las mujeres que lo han denunciado. Incluso se refiere al movimiento feminista como una «caza de brujas», mostrando una clara falta de comprensión y aceptación de los cambios en la sociedad y los nuevos estándares de comportamiento.
Aunque pide disculpas, Rubiales minimiza su comportamiento y se posiciona como víctima, recibiendo aplausos y complicidad de la mayoría de hombres en la asamblea. Esto demuestra cómo el machismo no puede existir sin la complicidad masculina.
Es lamentable que en pleno siglo XXI sigan existiendo actitudes machistas en figuras de poder, como es el caso de Rubiales. El pacto de caballeros parece funcionar y nadie se opone a su discurso, lo que deja en evidencia la necesidad de una mayor educación y concienciación sobre la igualdad de género.
Desde Oriente20, rechazamos las actitudes machistas y nos solidarizamos con las mujeres que han sido afectadas por este tipo de comportamientos. Es necesario que se tomen medidas firmes para erradicar el machismo en todos los ámbitos de la sociedad, incluido el deportivo. Solo así podremos avanzar hacia una sociedad más igualitaria y justa.
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