La reina Margarita II de Dinamarca recibió un emocionante homenaje por parte de miles de daneses en su última aparición pública antes de su esperada abdicación. Con el reinado más largo en la historia de Dinamarca, la monarca clausuró las tradicionales recepciones de Año Nuevo con un majestuoso recorrido en carroza por el centro de Copenhague.
El esperado momento comenzó en su residencia en el castillo de Amalienborg, donde Margarita II fue escoltada por el regimiento de húsares de la Guardia Real. La carroza en la que viajaba, popularmente conocida como «carroza dorada», fue construida en el siglo XIX para el rey Christian VIII y está adornada con hojas de oro de 24 quilates y cuatro coronas, agregando un toque de elegancia real al evento.
Desde tempranas horas de la mañana, las personas se congregaron en las inmediaciones del castillo de Amalienborg para presenciar la salida de la carroza y saludar a la venerada monarca. Familias enteras se reunieron, ondeando banderas danesas y portando pancartas con mensajes de amor y agradecimiento hacia su reina. Un ambiente de júbilo y emoción se apoderó de la multitud, mientras esperaban ansiosamente el inicio del recorrido real.
La reina Margarita II, visiblemente emocionada, saludaba con una sonrisa y un gesto de agradecimiento a todos aquellos que se acercaban a su paso. La gente coreaba su nombre y expresaba su afecto hacia la monarca, quien ha sido una figura central en la historia reciente de Dinamarca.
El trayecto de la carroza real fue esperado con gran anticipación, ya que después del recorrido, la reina tenía previsto regresar al castillo de Christiansborg. A medida que se acercaba el final de este emblemático evento, la emoción se intensificaba y la despedida era inevitable. Miles de personas se reunieron en los exteriores del castillo de Christiansborg, esperando con nostalgia el momento en que su amada reina iba a retornar.
Este homenaje masivo a la reina Margarita II de Dinamarca marcó un momento histórico para el país y simbolizó el profundo amor y respeto que el pueblo danés siente por su monarca. Aunque su abdicación se aproxima, el legado de la reina Margarita II perdurará en la memoria colectiva de Dinamarca y continuará siendo recordada como una de las reinas más queridas y admiradas en la historia del país.