La enfermera británica Lucy Letby fue declarada culpable del asesinato de siete bebés y del intento de asesinato de otros seis en un hospital de Chester, Inglaterra. Las pruebas presentadas durante el juicio indicaron que Letby les inyectó aire con una jeringuilla vía intravenosa, lo que les causó la muerte.
Letby ya había sido sospechosa desde 2018 y fue detenida nuevamente en 2020, enfrentando un total de 22 cargos. Este caso ha conmocionado al Reino Unido, convirtiendo a Letby en el asesino de niños más prolífico en la historia del país.
Además del asesinato de los siete bebés, Letby también fue encontrada culpable de intentar asesinar a otros seis utilizando métodos como el envenenamiento con insulina o la administración de cantidades excesivas de comida.
La sentencia para Letby será anunciada el 21 de agosto. Durante el juicio, se le declaró no culpable de dos intentos de asesinato y no hubo consenso sobre otros seis intentos. Todos los cargos corresponden al período entre junio de 2015 y junio de 2016.
Antes de especializarse como enfermera infantil, Letby trabajó como estudiante en prácticas en el hospital Condesa de Chester. Durante su carrera, se desempeñó en la unidad neonatal, atendiendo a bebés que requerían distintos niveles de cuidados.
Sin embargo, a partir de finales de julio de 2016, la unidad dejó de admitir a bebés nacidos antes de las 32 semanas de gestación y no se registraron más muertes. Un informe de 2017 concluyó que no existía una causa que explicara el aumento de muertes en la unidad a partir de 2014.
Este caso ha generado una gran preocupación en el sistema de salud británico y ha llevado a una reevaluación de los protocolos de seguridad en los hospitales, con el objetivo de prevenir casos similares en el futuro.
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