Las devastadoras inundaciones en Libia han dejado un gran número de víctimas mortales, según el último recuento provisional. La ciudad de Derna ha sido la más afectada, con un trágico balance de 11,300 personas fallecidas. Además, se estima que al menos 10,100 personas continúan desaparecidas, lo que aumenta la angustia y la incertidumbre en la zona.
La magnitud de las inundaciones ha provocado la destrucción de al menos 891 edificios en esta ciudad costera. La zona afectada abarca alrededor de seis kilómetros, con más de 6,100 edificios gravemente afectados y 1,500 parcialmente dañados. Esta catástrofe ha dejado un rastro de destrucción sin precedentes.
Lamentablemente, las víctimas no se limitan solo a Derna, ya que también se han registrado 170 muertes en otras partes del país. La rotura de las presas fue el desencadenante de esta tragedia, provocando una crecida descontrolada en el río. Se ha revelado que estas presas no habían recibido mantenimiento desde 2008, lo que suscita la necesidad de una investigación exhaustiva para averiguar las causas de este desastre y evitar futuras tragedias.
La proporción del desastre es tal que al menos una quinta parte de la población de Derna se ha visto afectada por las inundaciones. Además, se han reportado serias dificultades en el acceso a agua potable, lo que ha llevado a casos de intoxicación por agua contaminada. Los servicios médicos están trabajando incansablemente para atender a la población afectada, tratando casos de erupciones cutáneas y alergias causadas por la exposición al agua contaminada.
A pesar de la gravedad de la situación, hay un pequeño rayo de esperanza. Las autoridades locales han informado que el 90% de las estaciones eléctricas han sido reparadas y las comunicaciones se han restablecido en diversas localidades y pueblos. Esto permitirá coordinar esfuerzos de ayuda y brindar asistencia a quienes más lo necesitan.
La ciudad de Derna, y en realidad todo Libia, se enfrenta a una ardua tarea de reconstrucción y recuperación tras estas devastadoras inundaciones. Es urgente que se tomen medidas para garantizar la seguridad de las presas y asegurar la prevención de futuros desastres similares. Solo con una respuesta rápida y eficaz podremos ayudar a las comunidades afectadas a reconstruir sus vidas y superar esta terrible tragedia.
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