Las autoridades sanitarias de Gaza han declarado el «colapso total» del sistema sanitario debido a la falta de combustible y los continuos bombardeos. Los hospitales han dejado de funcionar y aquellos que aún están abiertos no pueden ofrecer servicios.
Antes del inicio de los enfrentamientos, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) había advertido sobre la falta de combustible para los generadores de electricidad en los hospitales de Gaza. Desafortunadamente, estas advertencias no han sido tomadas en cuenta y ahora la situación es crítica.
A pesar de las peticiones de tregua y ayuda humanitaria, los bombardeos israelíes continúan. Hasta el momento, se han reportado 80 personas fallecidas debido a estos ataques.
La incursión de Hamás en Gaza desde el 7 de octubre ha dejado un saldo alarmante de 5,791 palestinos muertos. Además, los hospitales han perdido a profesionales sanitarios, centros de atención primaria y ambulancias, lo que empeora aún más esta crisis.
Los informes de la ONU describen niveles sin precedentes de devastación en los hospitales de Gaza. La falta de combustible y alimentos pone en riesgo la salud de los niños y las mujeres embarazadas, quienes necesitan atención médica urgente.
En medio de esta crisis, Israel ha pedido la dimisión de Guterres, secretario general de la ONU, tras sus declaraciones sobre el ataque de Hamás. El país acusa a Guterres de no ser imparcial en sus comentarios.
La comunidad internacional debe actuar de manera urgente para brindar apoyo y asistencia a Gaza. Es necesario que se detengan los bombardeos y se restablezca el suministro de combustible y alimentos para salvar vidas en peligro. La situación en Gaza es desesperante y queda en manos de la comunidad internacional encontrar una solución.
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