El Tribunal Constitucional de Senegal anuló el decreto del presidente Macky Sall que retrasaba las elecciones. Esta decisión ha sido recibida con satisfacción por el principal grupo opositor liderado por Ousmane Sonko, pero representa un golpe para Sall y su gobierno.
Las protestas en todo el país en respuesta a las medidas adoptadas por Sall han causado tres muertos y más de 200 detenidos. Muchos consideran estas medidas como un «golpe de Estado constitucional», provocando una fuerte reacción de la población.
El Tribunal Constitucional argumentó que la duración del mandato presidencial no se puede modificar, y que le corresponde a la propia institución tomar medidas al respecto. Esta decisión del tribunal afecta la estrategia de Sall de ir a nuevas elecciones en diciembre, ya que el proceso electoral se mantendrá y el mandato de Sall finalizará el 2 de abril.
La crisis política en Senegal ha generado preocupación tanto en Estados Unidos como en la Unión Europea, quienes han pedido el respeto al calendario electoral y la garantía de un proceso democrático. La tensión en el país continúa a pesar de los llamamientos a la calma por parte de líderes políticos y religiosos.
En un intento por rebajar la tensión, Sall ha restablecido la señal de una televisión privada y ha liberado a personas encarceladas por su participación en las protestas. Sin embargo, la situación sigue siendo tensa y las protestas persisten.
La decisión del Tribunal Constitucional será recordada como un momento histórico en Senegal, ya que marca un precedente en la defensa de la democracia y el respeto a la institucionalidad. Aunque la crisis aún no ha terminado, este fallo representa un paso importante hacia la resolución de la situación y el restablecimiento de la estabilidad en el país.
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