El invierno llega acompañado de bajas temperaturas que pueden tener un impacto negativo en nuestra salud cardiovascular. Según estudios recientes, la prevalencia de enfermedades cardiovasculares aumenta en un 20% durante esta época del año.
Pero no solo el frío puede afectar a nuestra salud, durante las olas de calor también debemos tener precaución, ya que las principales causas de mortalidad están relacionadas con las enfermedades cardiovasculares y cerebrovasculares. El calor extremo puede provocar diversas enfermedades y situaciones en nuestro organismo.
La presión arterial es otro factor que puede sufrir cambios con las temperaturas. En días más calurosos, tiende a disminuir, mientras que con temperaturas más bajas, tiende a aumentar. Además, el aumento de temperatura puede provocar deshidratación, lo cual facilita la aparición de accidentes tromboembólicos.
El cambio de temperaturas no solo se debe a factores externos, como la temperatura ambiental, sino que también intervienen otros como la sudoración y las hormonas. Esto puede provocar síntomas como cansancio, mareos o pérdida de conocimiento momentánea debido a la hipotensión.
Es importante destacar que cada organismo tolera las bajadas de tensión arterial de manera diferente, por lo que es difícil establecer cifras concretas para determinar la hipotensión. Ante la experiencia frecuente de bajadas de tensión arterial, es fundamental acudir al médico para recibir recomendaciones personalizadas.
Los pacientes hipertensos también deben tener precaución, ya que pueden experimentar tanto subidas como bajadas de la tensión arterial en verano, incluso si tienen un control óptimo de la presión arterial en invierno. Por ello, siempre es necesario acudir al médico para ajustar el tratamiento en función de la situación individual de cada paciente.
Para prevenir una bajada de tensión arterial debido al calor, es fundamental hidratarse adecuadamente. Además de beber agua, se puede adquirir líquidos a través de la ingesta de frutas y otros alimentos ricos en agua. También es importante seguir las recomendaciones habituales del verano, como evitar salir en horas de mayor calor, realizar actividad física en horas con temperaturas más bajas y evitar el consumo de alcohol y comidas copiosas.
En conclusión, el calor puede influir en nuestra tensión arterial, por lo que es crucial seguir las recomendaciones médicas y mantener una correcta hidratación. La salud cardiovascular es un aspecto fundamental de nuestro bienestar, y cada cuidado preventivo es necesario para evitar complicaciones.
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