Desaladora en la Comunitat Valenciana: una solución ante la sequía pero con desafíos
La Comunitat Valenciana ha sido una de las regiones españolas más afectadas por la sequía en los últimos años. Ante esta emergencia climática, se han implementado diferentes medidas para garantizar el suministro de agua a la población y a la agricultura. Una de estas soluciones son las desaladoras, infraestructuras que convierten el agua de mar en agua potable.
En la Comunitat Valenciana existen un total de siete desaladoras, ubicadas en Torrevieja, Oropesa, Mutxamel, Moncofa y Castellón. Estas plantas son consideradas instrumentos útiles para hacer frente a la sequía y a la escasez de agua. Sin embargo, a pesar de sus beneficios, también se enfrentan a desafíos importantes.
Uno de los principales obstáculos es el alto costo energético y el precio final del agua desalada. Aunque esta agua ayuda a aliviar el problema de la sequía, su elevado costo la aleja de ser una opción viable para muchos consumidores. Además, según la memoria anual de Acuamed, las desaladoras en la Comunitat Valenciana solo funcionan al 30% de su capacidad. Un claro ejemplo de esto es la desaladora de Sagunt, que abastecerá de agua a Cataluña, pero que actualmente solo funciona al 10% de su capacidad.
La planta de Sagunt tiene una capacidad de producción total de 22.900 metros cúbicos al día, sin embargo, actualmente solo puede derivar 7.200 metros cúbicos diarios. Ante esta situación, se plantea la construcción de una nueva conducción que conecte la planta de Sagunt con el Puerto de Sagunt, en caso de que la sequía persista y sea necesario transportar agua.
Es importante destacar que el boom de las desaladoras en la Comunitat Valenciana ocurrió entre 2004 y 2011, con el ‘Plan Agua’ del gobierno socialista de José Luis Zapatero, que invirtió 550 millones de euros en estas infraestructuras. Sin embargo, el Partido Popular se opuso a su construcción, favoreciendo en su lugar el trasvase del Ebro. Hoy en día, el trasvase del Ebro no encontraría encaje en el marco europeo.
En enero de 2023, el Gobierno valenciano anunció una línea de ayudas para financiar el precio del agua desalada a los regantes, ofreciendo un subsidio de 10 céntimos por metro cúbico. Además, se ha llegado a un acuerdo entre el Gobierno y la Generalitat de Catalunya, en el cual el Ministerio de Transición Ecológica asumirá el costo de producir agua en la desaladora de Sagunt, mientras que la Generalitat se hará cargo del gasto de transportarla en barcos hacia el Puerto de Barcelona.
Este acuerdo ha generado cierto debate político. El presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, ha apelado a la solidaridad entre cuencas y comunidades, defendiendo el traslado de agua de la desaladora de Sagunt a Cataluña. Mazón ha recordado que en el pasado, la Comunitat Valenciana fue negada de agua.
Por otro lado, existe un conflicto jurídico entre el Ayuntamiento de Sagunt y la empresa encargada de la desaladora, debido a los costes de construcción y mantenimiento de la planta. El Ayuntamiento argumenta incumplimientos del acuerdo firmado hace más de 20 años.
Las desaladoras en la Comunitat Valenciana son una solución para combatir la sequía y garantizar el suministro de agua. Sin embargo, su alto costo y los desafíos de funcionamiento y transporte plantean un reto importante para su implementación. Es necesario encontrar soluciones que permitan hacer de estas infraestructuras una opción sostenible y accesible para todos.
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