La NASA está lista para intentar enviar una nueva misión a la Luna después del fracaso de la misión Peregrino. El lanzamiento de la misión IM-1 está programado para el 14 de febrero y se llevará a cabo a bordo de un cohete Falcon 9 de SpaceX.
El objetivo de esta misión es enviar materiales científicos y tecnológicos a la Luna como parte del programa Commercial Lunar Payload Services (CLPS). Esto demuestra la capacidad de Estados Unidos para trabajar con compañías privadas en la exploración lunar.
Para llevar a cabo esta importante tarea, se utilizará el módulo de aterrizaje lunar Nova-C de Intuitive Machines. Este módulo está equipado con tecnología avanzada y un sistema de propulsión respetuoso con el medio ambiente.
La misión tiene como objetivo sentar las bases para una economía lunar en el futuro. Durante el viaje, la nave estará en modo autónomo y será controlada por el equipo de tierra en Houston. Se realizarán verificaciones y calibraciones para preparar el aterrizaje del módulo.
La nave cuenta con cámaras y sensores que recopilan datos y ejecutan las maniobras necesarias para el aterrizaje. Además, llevará instrumentos científicos a bordo para estudiar el entorno lunar.
Es importante mencionar que, además de la NASA, otras compañías privadas, como Columbia, han participado en esta misión. Además, la misión incluirá la captura de imágenes en tercera persona de la nave aterrizando en la Luna, así como la colocación de esculturas en miniatura asociadas con NFT.
Esta misión es crucial para el futuro de la exploración y colonización lunar. Con cada lanzamiento, nos acercamos cada vez más a comprender y aprovechar todo lo que la Luna tiene para ofrecer. La NASA está comprometida con la exploración espacial y con colaborar con empresas privadas para lograr avances aún mayores en este emocionante campo.
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