La asesora especial de la ONU para la prevención del genocidio, Alice Wairimu Nderitu, ha expresado su preocupación por el éxodo de armenios del enclave de Nagorno Karabaj debido al miedo a la violencia identitaria. Hasta ahora, más de la mitad de la población de Nagorno Karabaj, que corresponde a más de 50.000 personas de un total de 120.000, ha huido del enclave.
Aunque no mencionó directamente a Azerbaiyán, quien ha tomado control del enclave, el éxodo de los armenios se debe al temor a las medidas que los azeríes puedan tomar en su contra. Ante esta situación, la asesora de la ONU enfatizó la importancia de garantizar la protección de los derechos de los armenios étnicos que permanecen en la región y también de aquellos que han huido, solicitando su protección.
Por su parte, el presidente de Azerbaiyán, Ilham Alíev, ha prometido proteger los derechos de los armenios que decidan quedarse en Nagorno Karabaj, además de comprometerse a enviar ayuda humanitaria para aliviar las dificultades que están enfrentando los armenios karabajíes. Asimismo, Alíev se muestra dispuesto a organizar una visita de representantes de la ONU a la región donde tuvo lugar el éxodo masivo de la población hacia Armenia después de que las autoridades de Nagorno Karabaj se rindieran.
Estas declaraciones han surgido en medio de la preocupación internacional por la situación en Nagorno Karabaj y la protección de los derechos de los armenios étnicos que residen en la región. La asesora especial de la ONU ha dejado claro que se deben tomar medidas urgentes para garantizar la seguridad y protección de estas personas, tanto para quienes aún se encuentran en el enclave como para los que han tenido que abandonarlo debido a la inseguridad.
El llamado a la protección de los derechos humanos y la atención a la violencia identitaria en la región de Nagorno Karabaj sigue siendo una prioridad para la comunidad internacional y la ONU. Con el compromiso del presidente de Azerbaiyán de proteger a los armenios que permanezcan en el enclave y el envío de ayuda humanitaria, se espera una mejora en las circunstancias de esta población vulnerable. Además, una posible visita de representantes de la ONU a la región abriría la puerta a una mayor supervisión y atención sobre el conflicto y sus consecuencias. Las acciones concretas y la cooperación entre las partes involucradas serán fundamentales para lograr una solución pacífica y sostenible en esta región.
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