La máscara de optimismo de Tadej Pogacar comenzó a quebrarse durante el Tour de Francia, revelando la fatiga y depresión de su sistema inmunológico debido a un herpes en los labios. Según su entrenador, esta condición es común entre los ciclistas que enfrentan grandes esfuerzos físicos y psicológicos durante la competencia.
A pesar de sus éxitos anteriores, Pogacar nunca había experimentado un herpes en sus tres participaciones anteriores en el Tour. Sin embargo, esta vez, Pogacar se lesionó meses antes de la competición y solo tuvo tiempo para un bloque de entrenamiento en lugar de los dos habituales.
A pesar de estas dificultades, Pogacar demostró un rendimiento impresionante en el Tour. Sin embargo, su rival, Jonas Vingegaard, pudo detectar su inseguridad y aprovecharla para atacarlo diariamente y demostrar su fortaleza. Finalmente, Vingegaard logró ganar el Tour.
Durante la etapa de La Loze, Pogacar decidió quitarse la máscara de optimismo y mostrar las secuelas de sus caídas, su herpes y su agotamiento. A pesar de su derrota, Pogacar ha ganado popularidad y admiración por su lucha y valentía.
En términos de aprendizaje para el futuro, se ha determinado que se necesitan dos bloques de entrenamiento antes del Tour de Francia en lugar de uno. Esta experiencia ha dejado claro que el cuerpo de los ciclistas necesita más tiempo de preparación para enfrentar los desafíos de la competición.
A pesar de no haber ganado, Pogacar ha dejado en claro su humanidad y su compromiso con el ciclismo. Su actuación en el Tour de Francia ha marcado el inicio de una nueva y emocionante era en este deporte.
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